En algunas ocasiones, expertos en economía forense me han preguntado acerca de un procedimiento estandarizado para llevar a cabo investigaciones de fraude, quedando un poco decepcionados cuando les cuento que cada investigación tiene unas características y unos rasgos definitorios diferentes y que no existe un manual para investigar un fraude en el seno de la empresa. Salvo el método científico.

El método científico se define como un modo ordenado de proceder para llegar a un resultado o fin determinado, especialmente para descubrir la verdad y sistematizar los conocimientos. Esto se traduce en un sistema de principios y normas de razonamiento que permiten establecer conclusiones de forma objetiva y así proporcionar una dirección adecuada al trabajo del investigador.

Grosso modo, parece que los principales consumidores del método científico deberían ser los investigadores en disciplinas “científicas puras” como la medicina, la química o la física. Nada más alejado de la realidad. Es un método idóneo para el desarrollo de cualquier actividad relacionada con lo que pueda denominarse o incluso aproximarse a la investigación, desde la investigación policial hasta la investigación económica forense que aquí nos ocupa.

Entrando en materia, el método científico se fundamenta en dos principios: la reproducibilidad, que significa que todo el mundo pueda llegar a las mismas conclusiones observando los mismos hechos; y la contrastabilidad, esto es, que las conclusiones, para ser aceptadas, deben ser capaces de soportar una refutación.

El método científico puede resumirse en siete etapas o pasos que, aplicadas a la investigación económica forense, son en esencia las siguientes:

1ª Etapa: Enunciar el problema. Realmente la etapa más importante es conocer y definir con la máxima exactitud posible cuál es el problema al que nos enfrentamos. En el ámbito de la investigación de fraude suele definirse en las entrevistas previas a la formalización de las propuestas de trabajo y es necesario comprender bien el mismo para poder definir adecuadamente el alcance del trabajo del investigador, que no es otro que la correcta enunciación del problema.

2ª Etapa: Observación. Consiste en el análisis sistemático y riguroso de la información. Para ello es imprescindible realizar una adecuada planificación del trabajo y disponer de la información de una forma correctamente ordenada que nos permita ser más eficientes en el proceso que se desarrolla a continuación. En el caso de la investigación económica forense, cuando el volumen de información es considerable y tiene diversos orígenes, es importante indexar toda la información disponible y ampliar el índice con toda la que se proporciona a posteriori.

3ª Etapa: Planteamiento de preguntas. Es tal vez elquestion_mark_lime proceso más “inconsciente o íntimo” de todos. El investigador se plantea una serie de cuestiones sobre las que debe buscar respuesta. Esta etapa supone habitualmente un proceso cíclico con la etapa anterior y nunca están claramente delimitadas: el investigador está analizando determinada información y a su vez se formula preguntas que le llevan a plantearse qué otra información necesitaría para responder a las cuestiones que se plantea.

4ª Etapa: Formulación de hipótesis. Una hipótesis es una posible explicación de determinado hecho. Es el momento de mayor creatividad en la investigación económica forense. En esta fase procedemos a realizar una propuesta de explicación de determinados hechos y en ocasiones se relacionan hechos obtenidos de fuentes diferentes, por ejemplo se pueden relacionar determinados asientos contables con hechos acaecidos en el ámbito personal del sospechoso de fraude de los que tenemos conocimiento por otros medios. Es en esta fase donde más relevante es la experiencia y “olfato” del investigador y de su equipo, pues las hipótesis formuladas deben tratar de ser refutadas antes de continuar con el resto del procedimiento.

5ª Etapa: Verificación de las hipótesis. En la investigación económica es crucial el máximo rigor: una vez planteadas las propuestas de explicación de los hechos investigados, debemos buscar nuevos datos o informaciones que afirmen o contradigan las hipótesis. Y en esta fase es posible que se generen nuevas preguntas o que se abran nuevas vías de investigación.

6ª Etapa: Exponer las conclusiones. Esta fase se suele concretar, en una investigación económica, en un informe pericial destinado a los tribunales en el que se ofrece una explicación racional y rigurosa de los hechos investigados. La importancia de esta fase estriba en que va a permitir sustentar uno de los pilares del método científico: la reproducibilidad de nuestra investigación, nuestras hipótesis y nuestras conclusiones.

7ª Etapa: Documentación. Al igual que sucedía en otras fases del método científico, esta fase está íntimamente relacionada con la etapa anterior. Es muy importante documentar adecuadamente toda la información que sustenta el resultado de nuestras investigaciones, pues será en el seno de un tribunal donde se exigirá, además de la reproducibilidad de nuestra investigación, la contrastabilidad de la misma, lo que definíamos como los principios fundamentales del método científico.

No debemos considerar estas etapas en forma estricta, pues nunca se desarrollará una total precedencia de cada una de ellas respecto de las siguientes, sino que todas o varias de ellas pueden coexistir.

La experiencia y rigor del investigador y de su equipo es lo que le va a permitir sistematizar todo el proceso de forma eficiente y dirigir de forma adecuada la investigación. Y no hay que olvidar que, a diferencia de las ciencias puras, en la investigación económica forense serán los juzgados y tribunales quienes demostrarán de forma definitiva la validez de los resultados de nuestras investigaciones.


José Manuel Martínez

Gerente de Forensic en Grant Thornton España

 

× Progressive Web App | Add to Homescreen

Para instalar esta Web App en su iPhone/iPad presione el ícono. Progressive Web App | Share Button Y luego Agregar a la pantalla de inicio.

Desconectado