Estimados colegas, el artículo “El aprendizaje continuo te garantiza ser joven por siempre y tu crecimiento jamás se detendrá” de esta columna Calidad y productividad, que leerán a continuación, corresponde a la última colaboración de nuestro socio y amigo Miguel Ángel Cornejo, quien en agosto de 2015, dejó de estar entre nosotros.
Miguel Ángel dedicó los primeros años de su carrera profesional al ejercicio de la Contaduría Pública; sin embargo, tiempo después cambió de rumbo y se enfocó a la difusión de los conceptos de calidad y productividad. Esta actividad la realizó con tal pasión y entrega, que la fue modificando poco a poco hasta convertirse en un gran conferencista en temas de liderazgo y desarrollo humano. Cuántos de nosotros tuvimos la oportunidad de escuchar sus pláticas y conferencias en el Colegio y en otros foros. Llamaba la atención su gran entusiasmo y la capacidad que tenía para transmitir sus ideas y cautivar a la audiencia que lo escuchaba.
Ayudó a formar a muchas personas, a otras les cambió el sentido de su vida y a la mayoría los motivó a crecer y a superar todos los obstáculos que presenta el quehacer cotidiano. Deja un gran legado de sabiduría y consejos en muchos escritos en secciones como Pasión por los objetivos (1994), Consultoría e informática (1996) y en su columna Calidad y Productividad, que escribió para Veritas durante 19 años. Gracias, Miguel Ángel, por compartir con nosotros tus pensamientos y esa gran calidad humana que extrañaremos.
Hasta siempre.
C.P. Roberto Danel Díaz
Presidente del Consejo Editorial de la revista Veritas
Riqueza significa “acopio de cosas valiosas y emulación de virtudes de excelencia”. La acumulación de bienes materiales lleva al ser humano a la riqueza, y el aprendizaje continuo proporciona un crecimiento permanente. Cuando una persona deja de aprender, en automático deja de crecer y empieza a envejecer. Si algo nos garantiza la eterna juventud es el proceso continuo de aprendizaje.
Así encontramos jóvenes viejos y viejos jóvenes, estos últimos cada día aprenden algo nuevo y demuestran que se puede llegar a la ancianidad siendo siempre joven intelectualmente; a través del conocimiento se pueden vencer los tabúes que nos esclavizan y encontrar la libertad espiritual. Cada día nos debemos preguntar “¿hoy qué aprendí?”, y valorar nuestro crecimiento a través de la riqueza más importante: el conocimiento.
La gran mayoría de los seres humanos vivimos del conocimiento acumulado en nuestro cerebro, casi todos tenemos el mismo hardware, es decir, dos pies, dos ojos, dos brazos, dos oídos, etcétera, la diferencia entre los que prosperan más y los que menos es el software, lo que cada quien almacena en su cerebro. ¿Usted desea ganar más?, ¿generar mayor riqueza material para usted y los suyos? El secreto está en que enriquezca su mente, incremente su capital mental y como respuesta obtendrá mayor riqueza material, hay algunos extraviados que creen que la riqueza les llegará gracias a su empaque (belleza física), lamento decirles que será muy temporal y la calidad de vida a la larga se empobrecerá de forma considerable.
No lo dude un momento, no escatime invertir en su superación intelectual. Resulta curioso que a mucha gente le duele invertir y se resiste a la compra de libros, audios o videos, en cambio no vacila un instante en cuanto a la adquisición de licores, cigarros o pornografía que solo lo contaminan y empobrecen.
Son tiempos de aprender, así como en el pasado el poder de los pueblos radicaba en su fuerza militar, esta evolucionó al poder financiero en los tiempos modernos. En esa continua evolución el mundo del siglo XXI se verá dominado por los imperios del conocimiento y las naciones; las empresas o personas que más sabiduría posean dominarán al mundo. El valor y la diferencia entre los triunfadores y los mediocres están en lo que contengan sus mentes. La mente es como un jardín, hay que fertilizarlo, cuidarlo, arrancarle la cizaña, es decir, echar fuera los pensamientos negativos, las telarañas que son los prejuicios fruto de la ignorancia y el abandono. Decídase a enriquecer todos los días su activo más valioso: su mente.
"Cuando dejas de aprender, en automático dejas de crecer y empiezas a envejecer. Si algo nos garantiza la eterna juventud es el continuo aprendizaje.”
CAMINO HACIA LA EXCELENCIA
La admiración es la capacidad de asombro que manifestamos ante el éxito de los demás; la envidia es el dolor profundo que nos corroe y enferma ante el triunfo ajeno.
La admiración es la facultad superior que solo poseen quienes aprenden de los triunfadores; envidia es característica principal de los soberbios y constante permanente de los mediocres. La admiración es requisito indispensable para disfrutar de las manifestaciones de la creación; la envidia, en cambio, siempre observa lo que invalida la perfección espontánea. La admiración es el éxtasis sublime ante lo desconocido, sentimiento que alimenta al descubridor y alienta al investigador; la envidia lo explica todo con una simplicidad aberrante y con una lógica sin sentido.
La admiración aprecia el esfuerzo y la tenacidad sincera; la envidia descalifica el sacrificio y la entrega, justificando el éxito como producto de la casualidad o la buena suerte.
El líder de excelencia está consciente que su grandeza radica en su capacidad de desarrollar seres superiores, sabe que en su capacidad de asombro está su crecimiento infinito; está consciente que es una facultad natural que todo ser humano posee al nacer y se esfuerza por mantenerla toda la vida para disfrutar y admirar todos los días la creación.
Lic. Miguel Ángel Cornejo
Presidente de la Fundación Miguel Ángel Cornejo, S.C.
Fuente: http://veritasonline.com.mx/