A pesar del desarrollo técnico observado en las disciplinas contables y administrativas durante los últimos años no es extraño observar la persistencia de graves deficiencias en materia de control interno y ausencia de la función de auditoría interna, en organizaciones de mediana y gran magnitud, cuyos efectos resultan determinantes en su adecuado desempeño y en la obtención de los objetivos que se han propuesto alcanzar.
En el mundo globalizado de nuestros días, la competitividad y la superación de los factores de riesgo inherentes a la internacionalización de los procesos resultan un tema trascendente y el punto de inflexión para impulsar el reforzamiento de la auditoría interna y el control interno en las organizaciones.
"Una nueva tendencia trata de otorgar a la auditoría interna un enfoque sistémico y privilegiar la estrecha relación que tiene con el control interno mediante acciones de revisión.”
Una tendencia creciente a nivel mundial se orienta hacia la tercerización, o subcontratación, de las funciones de auditoría interna, es decir, cuando se contrata a una firma especializada para que preste este servicio con el propósito de mejorar la calidad de las revisiones, reducir los costos e incorporar los cambios tecnológicos y productivos derivados del uso de la informática, en esta materia.
Se trata de otorgar a la auditoría interna un enfoque sistémico y de privilegiar la estrecha relación que tiene con el control interno de una organización, mediante acciones revisión. Promoción de mejoras de las operaciones y su seguimiento. Por otra parte, este enfoque subraya la importante participación que tiene la auditoría interna y el control interno en el aseguramiento sobre el cumplimiento de los objetivos institucionales, cuya responsabilidad impacta de manera decisiva al director general y al consejo de administración.
La carencia de un buen sistema de control interno y la falta de un área independiente de auditoría interna, que evalúe eficazmente el desempeño del primero, es una omisión común en una gran parte de las empresas, la cual se pretende combatir mediante esta nueva visión, a la cual ha contribuido de manera definitiva la evolución observada en la conceptualización y los alcances del control interno, desde la publicación del primer informe en 1992, del Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission (COSO).
Desde el año en que se publicó el Marco Integrado de Control Interno hasta la emisión de la versión actualizada en 2013, se incorporaron cambios originados en el contexto de las organizaciones, tanto en lo que respecta a su entorno operativo, como de negocios.
Otra de las motivaciones para la publicación del nuevo Marco consistió en precisar con mayor amplitud las responsabilidades de los órganos de gobierno y de la alta dirección, en relación con la implementación del control interno, así como respecto de la profesionalización e independencia requeridas en el ejercicio de las funciones de auditoría en los diferentes tipos de organizaciones.
Es en este sentido, que la auditoría interna observa un nuevo impulso y una transformación paralela, que se articula sistémicamente a los cinco componentes, 17 principios y los 87 puntos de interés para la administración, contenidos en el documento actualizado del COSO.
Cada vez es mayor la importancia de la tecnología dentro de los modelos de control interno y por ende en lo que respecta a la auditoría interna y externa, destacando también, la puntualización de las expectativas antifraude y el mejoramiento de la gobernabilidad en las organizaciones.
C.P.C. y P.C.CA. José Carlos Cardoso C.
Socio Director de MGI Bargalló Cardoso y Asociados, S.C.
Fuente: http://veritasonline.com.mx/ - http://www.ccpm.org.mx/