Últimamente el principio de empresa en funcionamiento ha sido una preocupación de mucha gente, no solo de los empresarios, sino también de empleados e inversores.
Vivimos en una situación de crisis económica, cierre de empresas, paro… por eso, se hace más énfasis en los informes de auditoría sobre las empresas en funcionamiento.
El problema que presenta los informes de auditoría es que los usuarios de los estados financieros creen que cuando hay un informe de auditoría sin salvedades, es una garantía de que la información incluida en esas cuentas anuales es correcta y, por lo tanto, que la continuación de la empresa como una empresa en funcionamiento está garantizada. En este blog analizaremos cuál es la responsabilidad del auditor sobre la cuestión de empresas en funcionamiento según la norma internacional de auditoría 570 (NIA 570).
La NIA 570, las responsabilidades del auditor sobre las cuentas anuales en relación con la utilización, por parte de la dirección, de la hipótesis de empresa en funcionamiento para la preparación de los estados financieros.
Según la hipótesis de empresa en funcionamiento, se considera que una entidad continuará con su negocio en el futuro previsible salvo que la dirección tenga la intención de liquidar la entidad o cesar en sus operaciones, o bien no exista otra alternativa realista.
Según la NIA 570, los objetivos del auditor son:
- La obtención de evidencia de auditoría suficiente y adecuada, sobre la adecuación de la utilización, por parte de la dirección, de la hipótesis de empresa en funcionamiento para la preparación de las cuentas anuales.
- La determinación sobre la base de la evidencia de auditoria obtenida, de la existencia o no, de una incertidumbre material relacionada con hechos o con condiciones que pueden generar dudas significativas sobre la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento.
- La determinación de las implicaciones para el informe de auditoría.
Sin embargo, es difícil para un auditor determinar cuáles serán las condiciones futuras que provoquen el cese del funcionamiento de la empresa. Por lo tanto, debido a esta incapacidad que tenemos los auditores de predecir el futuro, no puede considerarse como garantía de la capacidad de la entidad para continuar su actividad, el hecho de que el informe de auditoría no contenga ninguna referencia a la incertidumbre con respecto a la continuidad como empresa en funcionamiento.
El auditor tiene que tener en cuenta si la dirección ha realizado una valoración preliminar de la capacidad de la empresa para continuar como empresa en funcionamiento y considerar los siguientes escenarios posibles:
- Si esta valoración está hecha, el auditor tienen que hablar con la dirección y determinar si se han identificado hechos o condiciones que puedan generar dudas significativas sobre la capacidad de la empresa para continuar como empresa en funcionamiento, en cuyo caso, averiguará los planes de la dirección para hacer frente a dichos hechos.
- Si esa evaluación aún no se ha realizado, el auditor deberá discutir con la dirección la base para el uso previsto de la hipótesis de empresa en funcionamiento y averiguará con la dirección si los eventos o condiciones que existe pueden generar dudas importante sobre la capacidad de la empresa para continuar como una empresa en funcionamiento.
El auditor tiene que concluir si, en base de la evidencia obtenida, existe una incertidumbre material relacionada con hechos y condiciones que puedan generar dudas significativas sobre la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento.
Para terminar, la Norma Internacional de Auditoria especifica que, cuando existan dudas no resueltas sobre la aplicación de la hipótesis de empresa en funcionamiento, es decir, no existan factores que eliminen o mitiguen las circunstancias que ponen en peligro la continuidad de la entidad, pero la sociedad informe adecuadamente en las cuentas anuales, el auditor deberá añadir un párrafo de énfasis que ponga de manifiesto los problemas relativos a la hipótesis de empresa en funcionamiento, llamando la atención sobre la nota de la memoria en la que se hace referencia a estas cuestiones. Por otro lado, si la información revelada en las cuentas anuales no es adecuada, el auditor expresará una opinión con salvedades o una opinión desfavorable.
Kristian Bertelsen
Gerente de Auditoría en Grant Thornton